Me llamo Claude Escala, soy francés y vivo en Bolivia desde
hace un año y medio. Mi grupo TOTAL ENERGIE me mandó a este
maravilloso país para crear una nueva filial de energía
solar, y también para comprender la microfinanza y
desarrollar nuevas políticas con microcréditos, con el fin
de implicar a los usuarios en el pago de los sistemas
solares.

En la Feria de Santa Cruz 2000, una tarde, me visitaron dos
gringos y otra persona gringo-boliviana, y me contaron un
cuento de hadas que no entendía muy bien con el cansancio de
la feria, el ruido y mi inglés tan imperfecto: me explicaron
que iban a instalar una escuela virtual en una comunidad
remota del departamento de Santa Cruz, con paneles solares,
antena satelital, computadoras, y otros cuantos aparatos. Me
explicaron que podían combatir la falta de educación, el
aislamiento y la falta de comunicación de las poblaciones
con la tecnología (solar + internet). Me dijeron que la
época de los fusiles y cañones iba a dar el paso a la de la
tecnología y del saber. También me hablaron de su
experiencia antes de llegar a Bolivia donde instalarían su
primera escuela virtual, me hablaron de su organización
americana, de FAN, de la reserva Noel Kempff ...

Soy hijo de maestros en Francia y siempre se habló de
educación en mi entorno familiar. Y me meta personal cuando
acepté este reto de crear una empresa en Bolivia no era
tanto de vender servicios fotovoltaicos, sino también de
participar de manera inteligente y eficaz al desarrollo en
un país pobre. Obviamente, la energía es uno de los
elementos fundamentales del desarrollo, y el comienzo para
tener educación en condiciones interesantes (luz,
computadoras, video,etc.).

Cuando se fueron estas tres personas de mi stand de
Fexpocruz, recuerdo que me habían impactado dos cosas: la
primera es la serenidad y la seguridad con las cuales me
explicaron su proyecto, con una confianza y una fe
comunicativa, la segunda es esta mirada azul y sonriente de
uno de los tres, el que más charlaba, bajo un sombrero digno
de una película australiana. La actitud general de esta
persona, su aura instinctiva y su visión del desarrollo me
convencieron y me dieron ganas de trabajar a su lado para
defender las causas en que ambos creemos ...

Así fue como, después de otro encuentro en Santa Cruz con
este señor, decidí de acompañarlos con mi novia Jany en las
orillas de la Reserva Noel Kempff, en el norte del
departamento de Santa Cruz. Aceptó mi propuesta de ayuda y
nos fuimos con ellos y con tres estudiantes al pueblo El
Porvenir y allí empezó una de las más bellas y
enriquecedoras experiencias de mi vida.

Llegamos a este lindo pueblo un domingo por la noche y nos
quedamos una semana entera, una semana durante la cual
conocimos a una gente adorable y muy acogedora. Los
habitantes de El Porvenir nos ayudaron en efecto a instalar
el generador solar, las instalaciones interiores y
exteriores, ya que el proyecto estaba concebido para
implicar completamente a los futuros alumnos y usuarios. De
hecho, compartimos con ellos una semana de trabajo, de
discusiones, de clases de infórmatica. También compartimos
partidos de fútbol y de baloncesto, tortas y muchos momentos
de risa y de emoción, y es lo fantástico de esa experiencia,
de ese encuentro.

Ahora les estoy escribiendo de La Paz, y les confeso que no
pasa un día sin que hablemos de este proyecto, de esta gente
amorosa, tanto los estadounidenses como los estudiantes
cruceños que participaron a la operación, la gente de FAN y
los vecinos de El Porvenir.

Mi sueño como empresario y como persona es de poder repetir
esta experiencia en otras poblaciones de Bolivia, para poder
construir puentes virtuales entre una gente aislada, al
margen del mundo, y las personas y organizaciones que poseen
las nuevas armas de la sociedad moderna, es decir la
tecnología, el saber-hacer y la educación.

El afán de aprender, de evolucionar y de comunicar de los
habitantes de El Porvenir es un sentimiento natural,
legítimo, que podíamos notar y sentir en cada sonrisa en los
momentos de alegría, en cada mirada concentrada durante las
clases. Ahora podrán comunicar con sus amigos y familiares
lejanos, expresar sus necesidades y deseos, estar en
contacto con eventuales relaciones profesionales como
agencias turísticas, compradores y exportadores de palmitos
y madera,etc..

Espero que sabremos financiar y construir otros sitios como
el de el Porvenir para poder interconectar otras poblaciones
remotas. Y, en la medidad de mis posibilidades, obraré para
que este sueño se realice.

Gracias a todos.

Claude